En el blog “El retorno de los charlatanes”, Mauricio-José Schwarz, con fecha 24-10-2007, publicó una entrada con el título “Hipnosis, la frontera de lo creíble (1 de 2)”, donde cuestiona que la hipnosis pueda considerarse un fenómeno real. Lástima que todavía no pueda leerse la segunda parte de este interesante artículo, no obstante, copio a continuación el final de esta primera parte donde, en mi opinión, se refleja con bastante exactitud el tema de los “hipnoterapeutas”.
Que la realidad no interfiera con la venta
¿Qué se dice hoy sobre la hipnosis en el mundo del delirio paranormal y también, por desgracia, en el mundo de la práctica médica? Burradas como para parar un tren: aquí se revuelve con la persuasión subliminal (y le venden cosas), aunque sabemos que la persuasión subliminal es un mito; aquí van con el cuento de las regresiones (y le venden cosas) pese a que nadie ha demostrado que nadie regrese ni en su vida ni mucho menos a vidas pasadas, y todo parece ser una mezcla de imaginación y memorias artificiales, con frecuencia inducidas por el propio “hipnoterapeuta”; la revista de la charlatanería holística, Discovery DSalud afirma (sin demostrarlo) ¡que la hipnosis cura el cáncer! (aclaremos que esa revista es dirigida por José Antonio Campoy, antiguo director de la revista Mäs allá (de la ciencia), entrevistador de extraterrestres, creyente en espíritus y promotor del delincuente Geerd Ryke Hamer y del presunto genocida Matthias Raath (al que se le siguen muriendo sus pacientes sidóticos) sin que de ello dé noticias la revistucha de Pepe Toño, a quien yo no le confiaría la salud de una col medio seca, ya no digamos de seres humanos; pero aquí lo convierten a usted en hipnotista clínico sin que haya tenido que pasar antes por la escuela (el formulario no habla de requisitos académicos), usted paga 1640 euros, recibe por correo treintaytantas horas de clase y ya puede poner su diploma, su consulta y una caja fuerte para la platuca; el presidente de una de muchas sociedades españolas de hipnosis clínica muy astutamente le ofrece todo menos hipnosis “clínica”, sabiendo, supongo yo, que fingir tratar a un paciente lo puede a uno volver inquilino de alguna correccional, pero este alumno de dicha sociedad (donde hizo un “doctorado”, ¿será?) no tiene empacho en lanzarse al ruedo ofreciendo: “un protocolo realmente sencillo de aprender y aplicar, con resultados sorprendentemente rápidos, basada en la Psicología Bioenergética, aplicada con dígito puntura, y relacionada con la física cuántica” (tenía que aparecer la física cuántica y la falsísima “bioenergética”, ¿cuándo empezaron a enseñar física cuántica en las facultades de psicología, que cuando yo anduve por allí no lo vi en el plan de estudios?);
La pregunta entonces es: ¿existe realmente un estado psicofisiológico distinto de la vigilia y el sueño que podamos llamar “estado hipnótico”, “hipnosis” o, como diría el vengador hipnótico Manuel Capella Torres “trance hipnótico” (le recomiendo que compare la “historia de la hipnosis” que nos ofrece el redondo charlatán en el enlace con ésta, porque, claro, él es un profesional con “consultorio” y todo, y quien esto escribe es sólo un barrendero sin título que, eso sí, nunca le ha robado nada a nadie).
Pues la respuesta es que nadie lo sabe. O lo que es lo mismo, todos los que hablan de la hipnosis lo hacen sin un referente real sobre el cual basar sus experiencias, sus “tratamientos” y sus ocurrencias, lo que los pone exactamente a la misma altura de Anton Mesmer dándole un batido de ferretería a una pobre “paciente”.
En la próxima entrega, vamos a la hipnosis de hoy en día y a los que viven de ella, las teorías al respecto y por qué no se le puede considerar un fenómeno real, pasando a visitar a los paranormaleros que consideran que el reino de la hipnosis es de su mundo peculiar, los “hipnoterapeutas” de los cuales le hemos pedido datos al ministerio pertinente del gobiernio español y a otros personajoides con la cara dura y la mano presta a cobrar mintiendo.
Para acabar de demoler de una buena vez esta frontera de lo creíble, pues.
El tiempo ha pasado y no he podido sentarme a redondear el segundo artículo. Pero ya que veo de entrada cierta seriedad en este blog, aprovecho para preguntar: ¿existen indicadores fisiológicos claros con los cuales una persona pueda decir si otra está o no hipnotizada igual que se puede decir si está o no dormida? En tal caso, me gustaría conocer los estudios relevantes y dónde se publicaron.
Saludos,
Mauricio
Hola,
Puede consultar los siguientes trabajos:
Capafons, A., Lamas, J.R., & Lopes-Pires, C. (2008). Hipnosis. En F.J. Labrador (Ed.). Manual de técnicas de modificación de conducta (pp. 593-614). Madrid: Pirámide.
Crawford, H.J., Knebel, T., Vendemia, J.M.C., Horton, J.E., & Lamas, J. R. (1999). La naturaleza de la analgesia hipnótica: bases y evidencias neurofisiológicas. Anales de psicología, 15, 133-146.
Asimismo puede contactar con el Dr. Juan Ramón Lamas, Profesor Titular de la Universidad de La Coruña, pues realiza estudios en el área de la fisiología de la hipnosis.
Saludos.