¿Qué requisitos debe cumplir un tratamiento para considerar que se trata de una intervención con apoyo empírico?
En la página web del Grupo de Trabajo de Hipnosis Psicológica del Colegio Oficial de Psicólogos de la Comunidad Valenciana, se indica de forma clara, cuándo un tratamiento será una intervención con apoyo empírico, según Chambless y Hollon (1998. Defining empirically supported therapies. Journal of Consulting adn Clinical Psychology, 66, 7-18), concretamente cuando:
1.- Se le haya comparado con un grupo de control, tratamiento alternativo o placebo en:
a) una prueba e control aleatorizada, un experimento de caso único controlado, o el equivalente diseño de muestras temporales, y
b) en el que el tratamiento con apoyo empírico sea superior, y estadísticamente significativo, a un grupo de no-tratamiento, o tratamiento alternativo, o que sea equivalente a un tratamiento que ya se haya establecido como eficaz, y que la potencia sea suficiente para detectar diferencias moderadas.
2.- Tales estudios:
a) se hayan realizado con un manual de tratamiento o su equivalente lógico;
b) se hayan delineado de una forma válida y fiable, criterios de inclusión para una población tratada con problemas específicos;
c) se hayan realizado con medidas de evaluación del resultado fiables y válidas, que, al menos, se refieran a los problemas establecidos como metas de cambio;
d) se hayan realizado con análisis de datos apropiados.
3.- Para que se le designe como eficaz: la superioridad del tratamiento con apoyo empírico se debe haber mostrado, al menos, en dos entornos de investigación independientes (con un tamaño de tres o más en cada sitio en el caso de experimentos de caso único). Si existiese evidencia contradictoria, la preponderancia de datos bien controlados debe apoyar la eficacia del tratamiento con apoyo empírico.
4.- Para que se le designe como probablemente eficaz: un estudio (tamaño de la muestra de tres o más en caso de experimentos de caso único) es suficiente en ausencia de evidencia contradictoria.
5.- Para que se le designe como eficaz y específico: el tratamiento con apoyo empírico debe haber mostrado ser estadísticamente superior a una pastilla placeo o a un placebo psicológico, o a un tratamiento alternativo bona fide, al menos en dos entornos de investigación independientes. Si existiera evidencia contradictoria, la preponderancia de los datos bien controlados debe apoyar la eficacia y especifidad del tratamiento bien establecido.
Seguramente, una vez leído esto, cualquier persona sin preparación estadística y científica se preguntará ¿qué quiere decir todo esto? ¿para qué me puede servir saberlo? En mi opinión, una utilidad bastante interesante de esta información puede ser la de comprobar si un supuesto tratamiento, que nos ofrezca algún «profesional» no titulado, de esos que tanto abundan en la actualidad, sobre todo en la hipnosis, con la «coletilla» de «científicamente probado», cumple dichos requisitos… si no es así, convendría, al menos, ser precavido para no caer en manos de «pseudoprofesionales», sin titulación oficial, que puedan perjudicar nuestra salud, además de nuestra economía.
Para quienes, dado su nivel de conocimientos estadísticos y científicos, no consigan comprender lo que se está explicando en esos cinco puntos… también para ellos, en la página web del Grupo de Trabajo de Hipnosis Psicológica, hay unos consejos bastante sencillos que les permitirá distinguir a un profesional no cualificado, y si está pensando someterse a una intervención con hipnosis, puede leer primero la información a pacientes así cómo el tríptico con información esencial sobre la Hipnosis Científica (pdf) , que se incluyen en dicha web.
Con toda esta información, al alcance de cualquiera con conexión a internet, se pueden evitar muchas presuntas estafas realizadas por personas sin formación académica oficial, ni titulación que les habilite para el desempeño de actividades sanitarias o psicológicas que, en mi opinión, en muchas ocasiones, están realizando lo que podría denominarse «intrusismo profesional».
Fuente: Chambless, D. L., & Hollon, S. D. (1998). Defining empirically supported therapies. Journal Of Consulting And Clinical Psychology, 66(1), 7-18. doi:10.1037/0022-006X.66.1.7
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