“La hipnosis es eficaz para reducir el dolor e incluso para producir anestesia, esencialmente hipoestesia; por lo tanto, resulta evidente que puede tener un lugar en el tratamiento del bienestar de la mujer durante el parto. Un hecho conocido por los especialistas en hipnosis es que la profundidad del trance hipnótico es mayor conforme más preparada y entrenada está la paciente, por lo cual es aconsejable que se repitan las sesiones durante el período gestacional, antes del parto.
Hipnosis durante el primer trimestre de la gestación. A partir del conocimiento de que una mujer está gestante pueden iniciarse las sesiones de hipnosis. En este período se ha evidenciado una mejoría en la ansiedad, las náuseas y los vómitos, y en prácticamente todos los trastornos emocionales.
Hipnosis durante el segundo y tercer trimestre de la gestación. Es un período ideal para potenciar la autohipnosis, que puede aprovecharse para aliviar síntomas como cefaleas, lumbalgias y dolores articulares, con efecto también en los trastornos digestivos y vasculares.
Durante esta fase del embarazo debe ya iniciarse la preparación al parto mediante ejercicios de respiración correcta, relajación y autovisualización de las zonas álgicas; el hipnoterapeuta se encargará de enseñar estrategias para controlar el dolor.
Parto. Con una preparación previa y adecuada se ha evidenciado una mayor facilidad y rapidez en el conjunto general de los estadios del parto. Puede haber problemas de ansiedad o de falta de confianza en la práctica de la hipnosis por parte de la gestante; para corregir estos trastornos es importante realizar una última sesión de autohipnosis en fechas cercanas al momento del parto, o incluso emplear técnicas específicas para tratar las denominadas ‘creencias limitadoras’ respecto a las propias capacidades. También pueden utilizarse sugestiones posthipnóticas para estimular un buen estado físico y mental durante el parto y posparto.
Cuando la hipnosis se asocia a la preparación de un parto natural, los beneficios que se obtienen son mayores:
- Reducir o eliminar el temor o miedo al parto.
- Producir una mayor relajación.
- Disminuir de una manera significativa la necesidad de medicación.
- Posibilitar el control de las contracciones uterinas.
- Reducir el período del trabajo de parto.
- Disminuir los signos de reacción ante el dolor.
- Fomentar una recuperación rápida.
- Incrementar las emociones positivas durante todo el proceso.
- Estimular y mantener un alto nivel de energía durante el posparto.
Técnicas de hipnosis
Durante el embarazo. Es conveniente una correcta preparación mental y emocional; asimismo, reforzar las actitudes positivas a partir de la propia congruencia personal, y llevar a cabo una protección contra el estrés, empleando técnicas de relajación y potenciar la autohipnosis.
Durante el parto. El objetivo es el control del dolor, para lo cual deberá instruirse a la gestante para cambiar la respuesta a las contracciones uterinas, buscando una relajación profunda tras éstas. Se procederá a potenciar una actitud positiva por parte de la mujer, y en este aspecto es muy importante el entorno en el que se mueve la mujer y, principalmente, el promovido por las personas que la acompañan en este momento. Según las creencias personales de cada gestante y su actitud, puede intentarse potenciar la comunicación con el bebé para motivarla e incentivarla.”
Referencia bibliográfica:
Lázaro, J.J., Borrás, M. y Lailla, J.M. (2006). Analgesia y anestesia en obstetricia. En J. González-Merlo (Ed.), Obstetricia(pp. 342-343). Barcelona: Elsevier-Masson.