En respuesta a la Consulta Pública previa sobre el Proyecto del Real Decreto por la que se modifican distintas normas con objeto de proteger la salud de las personas frente a las pseudoterapias, promovida por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, la AAHEA remitió el siguiente informe para poner de manifiesto el carácter científico y la evidencia disponible sobre la eficacia y eficiencia de la hipnosis clínica y aplicada.
Este informe sobre hipnosis aplicada basada en la evidencia fue remitido igualmente a la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico (ARP-SAPC), a la Asociación para Proteger al Enfermo de las Terapias Pseudocientíficas (APETP) y al Consejo General de la Psicología, así como a otros Colegios Oficiales de Psicología.
Contenidos
Informe sobre hipnosis aplicada basada en la evidencia
La Asociación para el Avance de la Hipnosis Experimental y Aplicada (AAHEA, G-98316409), es una sociedad científica que trabaja para fomentar el avance científico, experimental y aplicado de la hipnosis, así como su uso como coadyuvante eficaz, eficiente y carente de iatrogenia por profesionales que la usen únicamente dentro del campo para el que les habilite su titulación oficial. Entre nuestros fines difundimos el uso adecuado y científicamente sustentado de la hipnosis en las distintas áreas de aplicación, denunciando, en la medida de nuestro conocimiento, el posible fraude, el intrusismo profesional y las prácticas posiblemente iatrogénicas.
El objeto de este escrito es poner de manifiesto el carácter científico y la evidencia disponible sobre la eficacia y eficiencia de la hipnosis clínica y aplicada. En primer lugar, es imprescindible conocer la definición de hipnosis. Si bien existen muchas definiciones sobre la hipnosis, pocas las hay de consenso, es decir, que no implican hipótesis o supuestos teóricos que las sesguen. Por ello, este escrito se basa en la definición intensional de la AAHEA (2017), que a su vez se basa en las ideas y definiciones de otros autores. AAHEA concibe la hipnosis del siguiente modo:
“La Hipnosis es una construcción social con varias connotaciones que han evolucionado a lo largo del tiempo. El término habitualmente se usa para denotar un rango de interacciones sociales en las que los participantes activan roles basados en diversas formas de influencia social. Por lo tanto, la hipnosis implica un proceso en el que existe un acuerdo explícito o implícito entre las diferentes personas que creen que la situación es hipnótica, y que se utilizará una inducción y de-inducción (ritual o ceremonia). La inducción establece el escenario para la hipnosis, considerándosela frecuentemente como un componente del proceder hipnótico. Por ello, las personas hipnotizadas activarán los roles asociados a sus concepciones de la hipnosis. En la actualidad, la construcción social de la hipnosis denota una interacción entre una o varias personas (hipnotizadas) y uno o varios hipnotizadores. En esta interacción, el hipnotizador/es intenta/n influir en los sentimientos, el pensamiento y la conducta, de las otra/s persona o personas pidiéndole/s que se concentre/n en ideas e imágenes que pueden evocar los efectos deseados. Las comunicaciones verbales que el hipnotizador utiliza para lograr estos efectos se denominan sugestiones hipnóticas.
La hipnosis no es únicamente un conjunto de procedimientos y modos de usar las sugestiones, sino que también es un campo de investigación básica y aplicada que continuará evolucionando a medida que la ciencia avance en un mayor entendimiento de la construcción social conocida como hipnosis.
Pueden coexistir variaciones en la construcción social de la hipnosis basadas en este marco de referencia, resultando en diferentes formas de entenderla y conceptos para explicarla, así como diferentes procedimientos en sus aplicaciones prácticas”.
Por lo que podemos concluir que la hipnosis es “un acuerdo explícito o implícito entre las diferentes personas que consideran que la situación es hipnótica” para utilizar unas sugestiones que tendrán la finalidad de ayudar a la persona, o bien investigar en campos de la ciencia (Neurociencia, Memoria, Percepción, Sugestión, etc.), incluso sobre la propia hipnosis. También cabe remarcar que hay varias formas de entender la hipnosis, por lo que, la hipnosis se encuentra abierta a diversos modos de inducirla, funcional y topográficamente diferentes (clásica, ericksoniana, despierta, activo alerta, etc.), de modo que, al hablar de hipnosis se están incluyendo procederes muy diferentes, incluso aparentemente opuestos. De ahí la importancia de especificar claramente en las investigaciones qué se ha entendido por, y cómo se ha usado la hipnosis.
En definitiva, la hipnosis es, también, un campo de investigación científico-experimental muy influyente en la Psicología Experimental (Kihlstrom, 2007) que, a su vez, implica un conjunto de procedimientos clínicos y aplicados muy variados que, especialmente como coadyuvante, ayuda a incrementar la eficacia y eficiencia de las intervenciones y tratamientos o terapias de distintos problemas médico-psicológicos, de la salud en general (Mendoza & Capafons, 2009; Molina-del-Peral, Mendoza, Capafons, & Llanes-Basulto, 2016; Molina-del-Peral, Mendoza, Díez González, Llanes-Basulto, & Capafons, 2016). Por ello, una difusión de la hipnosis que distorsione, tanto sus aplicaciones, como el conocimiento científico que se tiene sobre ella y sus aportaciones a otras ramas de la ciencia, puede fomentar un serio perjuicio a los usuarios y al avance del conocimiento.
Como ejemplo de hipnosis basada en la evidencia, se expone a continuación un texto inspirado en la segunda edición del curso de formación continuada organizado por el Consejo de la Psicología de España sobre la Hipnosis Clínica (Segunda Edición) donde se recogen los resultados de las diversas investigaciones sobre aplicación de la hipnosis en Psicología y en Medicina (Mendoza, Lamas, & Capafons, 2017).
Aplicaciones de la hipnosis en psicología
Depresión
Alladin y Alibhai (2007): La hipnosis como coadyuvante de la Terapia Cognitiva de la Depresión de Beck produjo cambios significativamente superiores al grupo que no incluyó la hipnosis. Según los criterios de la Chambless y Hollon (1998) el tratamiento de hipnosis junto con la terapia cognitiva es “probablemente eficaz” para la depresión.
McCann y Landes (2010): Concluyen que, aun habiendo argumentos convincentes para la inclusión de la hipnosis en las intervenciones para la depresión, la investigación realizada con estudios controlados aleatorizados es escasa y con dificultades metodológicas. Por lo tanto, es necesario realizar más estudios y ampliar los métodos de investigación para obtener datos más concluyentes.
Ansiedad
Schoenberger, Kirsch, Gearan, Montgomery y Pastyrnak (1997): La hipnosis utilizada como coadyuvante a la terapia cognitivo-comportamental (TCC) mostró ser superior al grupo de no tratamiento para reducir la ansiedad de hablar en público.
Baker, Ainsworth, Torgerson y Torgerson (2009): Su revisión meta-analítica de ensayos controlados aleatorizados del uso de la hipnosis para la reducción de la ansiedad ante los exámenes concluyen que la hipnosis es moderadamente eficaz, siendo necesarios más estudios para establecer su eficacia.
Pelissolo (2016): En su meta-análisis incluyeron seis categorías distintas de trastornos de ansiedad. La conclusión fue que la evidencia disponible es insuficiente para apoyar la eficacia de la hipnosis en trastornos crónicos de ansiedad. También que es necesario realizar estudios para identificar los perfiles de aquellos pacientes que se pueden beneficiar más de este procedimiento.
Estrés post-traumático
O’Toole, Solomon y Bergdahl (2016) y Rotaru y Rusu (2016): Aportan evidencia con dos meta-análisis sobre la eficacia de la hipnosis con tamaños de los efectos grandes en cuanto a los síntomas de evitación e intrusión, así como en otros síntomas de estrés post-traumático.
Estrés agudo
Bryant et al., (2006): La hipnosis como coadyuvante de la terapia cognitivo-comportamental fue la mejor de tres intervenciones en la mejora de los síntomas de reexperimentación, aunque a los tres y seis meses de seguimiento fue equivalente al tratamiento cognitivo-comportamental solo con la terapia cognitivo-comportamental. Ambas intervenciones fueron mejores que el grupo de asesoramiento y apoyo durante las tres veces que se evaluó la mejora en síntomas de estrés post-traumático y depresión.
Adicciones
Molina-del-Peral, Mendoza, Capafons, et al., (2016): La evidencia de la eficacia es escasa y con una metodología deficiente. En el tratamiento para dejar de fumar, la hipnosis se puede considerar como un tratamiento “posiblemente eficaz”. Las intervenciones que incluyen hipnosis son más eficaces que los grupos de lista de espera y de no tratamiento (Green & Lynn, 2000) y superior a la terapia de sustitución de nicotina (Hasan et al., 2014). Sin embargo, la evidencia de si aporta resultados mejores que los placebos es controvertida (Green & Lynn, 2000). Existen estudios (Ayala-Corredor, 2010) que indican que como coadyuvante de la terapia sustitutiva con nicotina incrementan la eficacia de la intervención. Existe un acuerdo generalizado de que debe incluirse la hipnosis siempre como parte de un tratamiento multicomponente. No existe evidencia alguna que indique que la hipnosis como única intervención y en sólo una sesión sea un tratamiento adecuado para el tabaquismo. Este acercamiento podría ser considerado pseudoterapia.
Control del peso
Bolocofsky, Spinler y Coulthard‐Morris (1985): En su estudio la hipnosis como coadyuvante de un tratamiento cognitivo-comportamental favoreció mayores pérdidas de peso, especialmente en el seguimiento. Por ello, la hipnosis junto con la terapia cognitivo-comportamental para el tratamiento de la obesidad se considera como “posiblemente eficaz”.
Entwistle et al., (2014): Concluyen que se ha llevado a cabo muy poca investigación formal sobre los beneficios de la hipnosis en el estudio de la eficacia para la reducción de peso desde el año 2000. Por ello, como en el caso del tabaquismo, debe usarse dentro de un tratamiento multicomponente. En caso contrario podría ser considerada pseudoterapia.
Gelo et al., (2014): En su estudio compararon la eficacia de la terapia conductual con hipnosis y la terapia conductual con hipnosis complementada con elementos de psicoterapia energética en 60 mujeres con obesidad.
Junto con el estudio anterior puede considerarse a la hipnosis eficaz en el tratamiento de la obesidad como coadyuvante a la intervención psicológica.
Aplicaciones de la hipnosis en medicina
Intervenciones quirúrgicas
Pinnell y Covino (2000): La hipnosis se ha incluido en las intervenciones psicológicas para aliviar la ansiedad relacionada con las intervenciones quirúrgicas, como técnica coadyuvante a la analgesia farmacológica, y para enseñar a los pacientes estrategias de afrontamiento ante la cirugía. Asimismo, se ha utilizado con éxito para reducir la cantidad de medicación pre y post cirugía para el dolor, el sangrado y el tiempo de hospitalización, así como para facilitar el post-operatorio y la recuperación.
Montgomery, David, Winkel, Silverstein y Bovbjerg (2002): En su meta-análisis sobre estudios controlados publicados que habían utilizado la hipnosis como coadyuvante de tratamientos cognitivo-comportamentales con pacientes de cirugía, se encontró que aproximadamente un 89% de los pacientes de cirugía se beneficiaba más en afecto negativo (ansiedad y depresión), dolor, necesidad de analgésicos, hipertensión, recuperación post cirugía y reducción de la duración del procedimiento y de la hospitalización que los pacientes pertenecientes a grupos con sólo intervenciones cognitivo-comportamentales.
Montgomery et al., (2007:) Las pacientes sometidas a cirugía de mama que recibieron una intervención de 15 minutos con hipnosis para reducir efectos colaterales, mostraron menos consumo de propofol y lidocaína, menor intensidad y menos molestias dolorosas, menos náuseas, fatiga y alteración emocional, similar consumo de fentanyl, midazolam y analgésico de sala, y menor gasto económico de cada paciente (772.71 dólares americanos menos por persona) que las pacientes del grupo control de atención.
Tefikow et al., (2013): En su meta-análisis encontraron un tamaño del efecto medio en diversos resultados relacionados con la cirugía, incluyendo el dolor, en adultos sometidos a procedimientos quirúrgicos o médicos en comparación con grupos de atención estándar o grupo control.
Estos resultados en conjunto apoyan el uso de la hipnosis como coadyuvante a otras intervenciones en pacientes que necesitan pasar por operaciones quirúrgicas.
Manejo del dolor
Montgomery, Duhamel y Redd (2000): El dolor, ya sea crónico o agudo, es una de las áreas de aplicación de la hipnosis que muestra una mayor evidencia empírica de su eficacia, y se considera como un tratamiento eficaz, bien establecido y empíricamente validado. Estudios controlados muestran que la hipnosis puede aliviar a un 75% de la población en distintos tipos de dolor y que además las técnicas de analgesia hipnótica son superiores a la medicación, el placebo psicológico y otro tratamiento. Asimismo, dentro de los procedimientos para reducir el dolor, la hipnosis funciona especialmente bien en el desbridamiento de heridas por quemaduras, en las aspiraciones de médula y en el parto.
Jensen et al., (2006): El tratamiento con hipnosis es útil para los pacientes con dolor crónico también en el manejo de la ansiedad, en la mejora del sueño y en la mejora de su calidad de vida.
Adachi, Fujino, Nakae, Mashimo y Sasaki (2014): Su meta-análisis muestra que la hipnosis es moderadamente más eficaz que la atención estándar, la lista de espera y otras intervenciones psicológicas, incluyendo la TCC para el manejo del dolor crónico. Los dolores de cabeza son una excepción a estos efectos de la hipnosis, pues es necesario contar con más estudios para evaluar la eficacia de la hipnosis comparada a otras intervenciones psicológicas en este problema Adachi et al., 2014). Sin embargo, una revisión previa (Hammond, 2007) indicaba que la hipnosis es un tratamiento bien establecido y eficaz para las migrañas y dolores de cabeza, por lo que la cuestión es abundar más en estudios comparativos, incluso sumativos de TCC más hipnosis.
Del Casale et al., (2015): Los resultados de estudios basados en técnicas de neuroimagen funcional apoyan el uso de estrategias hipnóticas para el manejo del dolor, pues modulan la actividad cortical y subcortical de las partes del cerebro que están involucradas en la percepción y modulación del dolor.
Gastroenterología
La hipnosis se ha utilizado como coadyuvante a la TCC para el síndrome de intestino irritable. Según los estudios realizados, el tratamiento con hipnosis como coadyuvante a la TCC tiene un impacto importante que dura años en la mayoría de los pacientes con el síndrome de intestino irritable, mejorando los síntomas intestinales, el bienestar psicológico y la calidad de vida, incluso de aquellos pacientes que no responden a los tratamientos médicos estándar (Gonsalkorale & Whorwell, 2005; Gonsalkorale, Houghton, & Whorwell, 2002; Whitehead, 2006; Whorwell, 2006).
Existen en la actualidad dos tratamientos estructurados que incluyen hipnosis para el tratamiento de este síndrome, ambos con un manual detallado de la intervención. Uno es el del equipo de la Universidad de Manchester en el Reino Unido (Gonsalkorale, 2006; Whorwell, 2006), y el otro es el Protocolo de Carolina del Norte (Palsson, 2006). La mayoría de los pacientes mejoran significativamente en cuanto a sus síntomas gastrointestinales y su calidad de vida con esta intervención (Gonsalkorale, 2006; Palsson, 2006). También se ha aplicado la hipnosis con resultados prometedores en la enfermedad inflamatoria intestinal, pero todavía no se han publicado suficientes estudios controlados (Ballou & Keefer, 2017).
Trastornos respiratorios
Brown (2007): Concluye que la hipnosis es posiblemente eficaz para el tratamiento de síntomas y conductas relacionados con el asma y es eficaz para el manejo de estados emocionales que exacerban la obstrucción de las vías respiratorias. Es posiblemente eficaz en la disminución de la obstrucción de las vías respiratorias y en la estabilización de la hiper-respuesta respiratoria en algunas personas. No hay evidencia suficiente de que la hipnosis afecte a los procesos inflamatorios del asma.
McBride, Vlieger y Anbar (2014): En una revisión reciente, señalan que se han publicado pocos estudios controlados que permitan establecer la eficacia de la hipnosis para el tratamiento de trastornos respiratorios en niños, ni identificar los procesos que llevan a los cambios fisiológicos que se han observado al aplicar hipnosis.
Obstetricia
Cyna, McAuliffe y Andrew, (2004) y Jenkins y Pritchard (1993): La hipnosis se ha usado para facilitar el parto y reducir el uso de medicación y analgésicos.
Brown y Hammond (2007): La hipnosis ayuda a reducir significativamente los dolores de parto y la necesidad de medicación durante y después del parto. Asimismo, disminuye la probabilidad de partos prematuros y reduce significativamente la duración de los dos primeros estadios del parto (pre nacimiento y nacimiento del bebé.
Levitas et al., (2006): Se han encontrado resultados prometedores sobre el uso de la hipnosis para fomentar la eficacia de las intervenciones de fertilización artificial en mujeres, pero son muy pocos.
Molina-del-Peral, Mendoza, Díez González, et al., (2016): Indican que se han realizado algunos estudios evaluando los beneficios de la hipnosis en esta área, pero la calidad de los mismos no permite añadir nuevas conclusiones.
Condiciones dermatológicas
Ewin (1992) y Zachariae, Øster, Bjerring y Kragballe (1996): indican que existen diversos estudios anecdóticos, básicamente estudios de caso, sobre intervenciones hipnóticas que han tratado con éxito diversas, como eczema, ictiosis, verrugas y psoriasis.
Lynn y Kirsch, (2006): Indican que la imaginación y la hipnosis son métodos de buena relación costo-eficacia para reducir o eliminar verrugas.
Shenefelt (2017): Aunque la hipnosis se muestra prometedora en la mejora de problemas dermatológicos, hacen falta más estudios controlados para establecer su grado de eficacia.
Oncología
Néron y Stephenson (2007) y Pinnell y Covino (2000): La hipnosis se ha utilizado también para ayudar a los pacientes oncológicos a manejar el dolor, reducir la ansiedad relacionada con los procedimientos médicos, y reducir la emesis e hiperémesis posterior a la quimioterapia.
Dupuis, Roscoe, Olver, Aapro, & Molassiotis (2017): En las recomendaciones de la Multinational Association of Supportive Care in Cancer se considera que la hipnosis tiene un nivel de eficacia moderado para tratar las náuseas y los vómitos anticipatorios relacionados con la quimioterapia.
Montgomery et al., 2009 y Montgomery et al., 2014: En varios estudios controlados aleatorizados recientes cuyos resultados muestran que la hipnosis junto con la TCC mejora la fatiga relacionada con el cáncer y su tratamiento, especialmente la radioterapia. Así mismo muestran que se incrementa el ánimo positivo y reduce el negativo, también con intervenciones breves con hipnosis.
Mendoza et al., (2017): En un estudio aleatorizado encontraron que el Modelo de Valencia de Hipnosis Despierta junto con la TCC es eficaz en el manejo del dolor, la fatiga y problemas del sueño relacionados con el cáncer.
Montgomery, Sucala, Baum y Schnur (2017): Indican que, a pesar de la importante evidencia disponible, hay que avanzar más en otras áreas donde no se ha hecho ningún estudio para evaluar la eficacia de la hipnosis, como es el caso del manejo de los síntomas de cáncer de pacientes en fase terminal.
Pediatría
Adinolfi y Gava (2013): La hipnosis se ha aplicado en este campo para tratar una amplia variedad de problemas. En su revisión sistemática de ensayos controlados en este área concluyen que es un procedimiento eficaz para reducir el dolor y la ansiedad antes, durante y después de la administración de anestésicos, así como durante los tratamientos dentales locales, en los procedimientos médicos invasivos y en quemaduras. Puede ser eficaz para reducir dolores recurrentes de cabeza, dolor abdominal, síndrome del intestino irritable y ansiedad relacionada con la quimioterapia. Así mismo se utiliza para el manejo de los síntomas y la mejora de la calidad de vida de niños que sufren de asma y fibrosis quística y para el insomnio. Puede tener beneficios en el tratamiento de la enuresis nocturna y en algunas condiciones dermatológicas, como la dermatitis atópica y el eczema crónico.
Miró et al., (2016): Para el manejo del dolor en niños, la evidencia varía en función del tipo de dolor en el que se aplique, habiendo más apoyo para el dolor crónico abdominal que para los dolores de cabeza. Por ello, es necesario realizar más estudios para identificar qué tipos de tratamiento con hipnosis son más eficaces y qué factores moderan la eficacia de esos protocolos en niños y jóvenes.
Se recomienda, finalmente, la revisión de Kohen y Kaiser (2014) dedicada específicamente al uso de la hipnosis en pediatría, pues describe el desarrollo histórico, las diversas aplicaciones, la eficacia y algunos casos de ejemplo.
Odontología
Molina-del-Peral, Mendoza, Díez González, et al., (2016): La hipnosis utilizada en odontología muestra resultados prometedores en la reducción de ansiedad ante procedimientos dentales, en la hipersensibilidad dental, en el manejo del dolor tras intervenciones quirúrgicas y en el manejo de síntomas de pacientes con trastornos temporomandibulares. Pero la investigación sigue siendo de baja calidad, o simplemente estudios de caso.
Uso de la hipnosis para recuperar recuerdos
Por otro lado, también queremos hacer constar la evidencia científica sobre la utilización de hipnosis en aquellos casos que hacen referencia a la recuperación de recuerdos disociados y la supuesta hipermnesia que genera la hipnosis. La investigación, no exenta de polémica, quizás interesada, muestra resultados experimentales claros que indican que la hipnosis no incrementa ni el recuerdo (salvo con cambio en el criterio de quien recuerda, es decir, se incrementan recuerdos tanto certeros como erróneos), ni la precisión, pero sí incrementa la confianza en el recuerdo (Capafons & Mazzoni, 2005; McConkey & Sheehan, 1995; Spanos, 1996), por lo que puede facilitar la génesis de falsos recuerdos. Usar la hipnosis de este modo diagnóstico/terapéutico (recuperar el suceso patógeno u otros sucesos para resolver el problema que aún quede a raíz de ellos) puede tener una peligrosa iatrogenia: el desarrollo de recuerdos que no existieron (abusos sexuales, rituales satánicos, abducciones extraterrestres, contactos con espíritus o incluso de haber adquirido problemas psicológicos en vidas pasadas). Por ello, no está recomendado el uso de la hipnosis para recuperar recuerdos.
Capafons y Mazzoni (2005) concluyen que, aunque en ocasiones, se utiliza la hipnosis para recuperar recuerdos, no hay evidencia científica que apoye el hecho de que la regresión hipnótica pueda ayudar a recordar hechos y episodios autobiográficos que el individuo no es capaz de recordar fuera de hipnosis. Tampoco se ha encontrado evidencia científica de que las sugestiones de hipermnesia provoquen más recuerdos en estado de hipnosis que fuera de ella, ni siquiera que provoquen más recuerdos que cuando no se sugiere nada (Larra, Valero, & Abascal, 2003). Motivo por el que los autores subrayan que las inducciones hipnóticas generan en realidad, y como mínimo, tantos recuerdos falsos como verdaderos (Dinges et al., 1992), y que producen un incremento en la confianza de todo aquello que la persona es capaz de recuperar (Scoboria, Mazzoni, Kirsch, & Milling, 2002). Debemos aclarar que esta iatrogenia de la hipnosis se basa en las creencias de la persona hipnotizada sobre las propiedades de la hipnosis, el uso de preguntas tendenciosas e información engañosa que proporciona el “hipnoterapeuta”, y que no es exclusiva de la hipnosis, sino que también se da en la interpretación de los sueños, asociación libre, imaginación guiada, etc.
¿Quién debe utilizar la hipnosis?
A raíz de lo mencionado anteriormente, es muy importante tener en cuenta, para determinar si la hipnosis se usa como pseudoterapia o no, la formación profesional de quien la aplica. Así, la aparentemente obsoleta definición de la American Psychological Association – División 30) (1993) (https://www.apa.org/about/division/div30) indica en su definición de hipnosis que: «La hipnosis no es una forma de terapia, como la terapia de conducta, sino un procedimiento que puede facilitar la terapia psicológica o médica. Por lo tanto, es necesario ser un profesional de la psicología clínica o de la medicina para poder usar la hipnosis clínica». Por lo que conviene tener presente que la hipnosis debe ser realizada por un profesional que pueda hacer frente a las posibles complicaciones emocionales que puedan surgir en la situación: «Cualquier persona que emplee la hipnosis con fines terapéuticos debería confinar su aplicación sólo a aquellos problemas para cuyo tratamiento está profesionalmente cualificado. En este sentido, una regla sensata a seguir es que sólo se debe utilizar la hipnosis en el tratamiento de los problemas que uno estaría cualificado para tratar sin hipnosis.».
Destacamos la norma atribuida a Orne por Kihlstrom (Vermetten & Kihlstrom, 2002) y por Kirsch (Capafons, 1995), que dice que “Si una persona no está profesionalmente cualificada para tratar un problema sin hipnosis, entonces tampoco está cualificada para tratarlo con hipnosis”, dando la siguiente recomendación “primero busque el título académico que cualifica al profesional (médico, dentista, psicólogo clínico, o lo que sea), y luego su certificado de formación en hipnosis”, ya que en algunas asociaciones de hipnoterapeutas legos se otorgan títulos incluso a gatos, como es el caso de Zoe (Eichel, 2012, 2011) y George (BBC News, 2009), pues no confirman ni la identidad ni la adquisición real de conocimientos de las personas que “compran” el título. En otras palabras, si alguien no sabe tratar algo sin usar hipnosis, con hipnosis tampoco. Esta norma es aceptada por todas las asociaciones científico-profesionales que se incluyen en la International Society of Hypnosis (Capafons, 2012) si bien no en todas se sigue como se debería. AAHEA es extremadamente estricta en respetar esta norma.
Conclusiones
Por todo lo expuesto anteriormente, consideramos que la hipnosis no debe ser incluida en ninguna “lista de terapias pseudocientíficas” por dos razones principalmente:
En primer lugar, la hipnosis es un conjunto de procedimientos de intervención muy variados que usa la sugestión, pero no es una terapia en sí misma. Aunque sigue siendo un tema de debate, creemos de nuevo que interesado, la investigación apunta en esta dirección: la hipnosis ayuda como coadyuvante, y rara vez como única intervención.
Y en segundo lugar, hemos mostrado anteriormente que la hipnosis tiene suficiente evidencia científica, con estudios científicos rigurosos que avalan su eficacia en diversas áreas, tanto en Psicología como en Medicina, como para ser considerada científica y no una pseudoterapia. Es el uso inadecuado de la hipnosis lo que sería pseudoterapia, pero se aplica a cualquier procedimiento médico y/o psicológico usado inapropiadamente y por personas no cualificadas.
Consideramos que el hecho de incluirla en la lista de pseudoterapias está perjudicando al usuario que podría beneficiarse de esta técnica, tal y como se ha mostrado en los estudios mencionados anteriormente, lo que deontológicamente supone un serio problema, e invitaría a presentar quejas por parte de la AAHEA, quejas que nos constan ya han formulado otros profesionales a quienes se les asume una buena base científica. Por ello, según nuestra opinión lo que se debe hacer es alertar a la población sobre aquellas personas pseudoprofesionales que se autorotulan como hipnoterapeutas, técnicos en hipnosis, hipnólogos, etc., «profesionales» que no suelen haber recibido formación específica en Psicología, Medicina, etc., y, de hecho, no suelen tener ninguna titulación universitaria oficial, ni tampoco se suelen haber formado en hipnosis experimental, basada en la evidencia en general. A este variado conjunto de personas se les suele denominar desde las sociedades científico-profesionales de la hipnosis como hipnoterapeutas-hipnotizadores legos” (Capafons, 2012).
Hemos también de hacer énfasis en el hecho de que, tal y como se refleja en el informe de la Asesoría Jurídica del Ilustre Colegio Oficial de La Psicología de Las Palmas sobre el uso de la hipnosis clínica en España, de 1 de marzo de 2013 (Aclaración legislativa sobre la hipnosis clínica), la hipnosis es una prestación sanitaria reconocida por el Real Decreto 63/95. Este informe es coincidente con los emitidos por la AAHEA en el 2013 (Informe sobre la hipnosis en el Sistema Nacional de Salud), el Colegio de la Psicologia de la Comunitat Valenciana el 16 de abril de 2013 y el Colegio Oficial de Psicología de Cataluña en fecha 15 de abril del 2013, en los que se especifica que: “La exclusión de la hipnosis de la cartera de servicios comunes de atención especializada del Sistema Nacional de Salud, no impide su utilización en el ámbito privado, o público con cargo a particulares, siendo prestado el servicio por profesionales capacitados por su titulación oficial para realizar actividad sanitaria”. Motivo por el cual no debería de ser utilizada por ninguna persona que no posea una titulación sanitaria, si bien es razonable pensar que pueda ser usada por profesionales cualificados no necesariamente sanitarios, como psicólogos deportivos o maestros, siempre que la usen para aquellos temas que les cualifica su profesión y si hay evidencia que apoye su uso. Es en el caso de la hipnosis clínica donde debería exigirse que el o la profesional sea sanitario
Valencia, 17 de septiembre del 2018
Dr. Antonio Capafons Bonet
Presidente de la AAHEA
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