“La hipnosis es una técnica carente de riesgos per se. Sin embargo, un uso inadecuado de tal técnica puede ser iatrógeno, especialmente en lo referido a la génesis de falsos recuerdos por parte de la persona hipnotizada. Las creencias erróneas y mitos sobre las potencialidades de la hipnosis transmitidos por los medios de comunicación y los propios terapeutas (especialmente de los que se hacen llamar hipnoterapeutas) suelen ser, en última instancia, los responsables de los riesgos de la hipnosis. Por lo tanto, una forma de ayudar a prevenir tales riesgos es proporcionar una información rigurosa y veraz al cliente al que se pretende hipnotizar o que solicita la hipnosis.”
Este es el abstract del siguiente artículo:
Capafons, A., & Mazzoni, G. (2005). ¿Es lo peligroso de la hipnosis el hipnoterapeuta?: Hipnosis y falsos recuerdos. Papeles del Psicólogo, 25, 27-38.
Trata de un tema que, cuando se habla de hipnosis, suele venir a la mente de la mayoría de las personas, puesto que, lamentablemente, los medios de comunicación, en especial la televisión, y el cine, lo han utilizado muy a menudo para difundir ciertos mitos que, como puede leerse en el artículo citado, no tienen fundamento científico, ya que “la evidencia empírica indica que la persona hipnotizada puede y suele generar falsos recuerdos, aunque ello dependa también de factores externos a la propia hipnosis. Lógicamente, no se está diciendo que todo lo que recuerda la persona bajo hipnosis sea falso, si no que no podemos afirmar que sea cierto por haberse recordado en hipnosis” .
El artículo termina con unas recomendaciones para los clientes que reproduzco a continuación:
Recomendaciones para los clientes
Muchos terapeutas a los que el cliente les solicita hipnosis regresiva, se niegan a realizarla argumentando que no están capacitados para ello. Si es éste el caso, es probable que el cliente busque a alguien, generalmente a un hipnoterapeuta lego, para satisfacer su demanda. Por ello, se debería asesorar al cliente sobre las precauciones que debería adoptar si decide realmente ponerse en manos de este tipo de “profesional”. Según nuestro punto de vista, se debería informar al cliente de los siguientes aspectos:
- Si alguien habla de hipnoterapia, y se auto denomina hipnoterapeuta, hipnólogo o profesinal de la hipnosis, hay que dudar de sus capacitaciones y preguntarle por su cualificación profesional.
- Si no sabe tratar el problema sin hipnosis, tampoco lo sabe con ella: la hipnosis no es una terapia si no una técnica y campo de estudio.
- Si el terapeuta promete resultados espectaculares, hay que dudar de la eficacia de su tratamiento, y preguntarle por la evidencia empírica que avala esos resultados.
- Si propone regresiones de edad, hay que dudar de su pertinencia, y preguntar por la evidencia científica que justifica tal práctica.
- Si se recuerda bajo hipnosis algo poco creíble o muy difícilmente olvidable (abusos, abducciones, torturas, etc.), hay que desconfiar de la veracidad de tal recuerdo, y recurrir siempre a un experto en hipnosis y memoria, y en el abuso o recuerdo en concreto.
Estas consideraciones no evitan que el cliente pueda tener una experiencia iatrógena con la hipnosis, pero sí le pueden ayudar a desarrollar criterios para descartar los servicios de terapeutas que potencialmente pueden ser iatrógenos, criterios a los que, como usuario, tiene derecho.